Si hay algo que acompaña siempre a una marca y le identifica, es su logotipo. Por eso, nuestro logotipo debe ser apropiado y actual, y debe comunicar de forma clara la esencia de la empresa.
Parece que poco a poco, las empresas, independientemente de su tamaño o nivel de facturación, se van dando cuenta de que la imagen que proyectan en el mundo tiene cada vez mayor importancia. En un mundo globalizado y con una competencia feroz, la visión que tienen de nosotros nuestros clientes puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Un logotipo consistente y original hará que los posibles clientes tengan confianza en nuestra marca, mientras que un logotipo anticuado y mal planteado, proyectará una imagen pobre y poco eficaz, consiguiendo que los clientes prefieran a la competencia.